Vinilos girando en un tocadisco empolvado,
casete de house rebobinandose con un bic,
una gramola de polietileno
y un Cadillac híbrido en un garaje encerrado.
Un giro en el camino,
la mente en color sepia
de la visión del blanco y negro
Un viejo recordando las canicas
Y ahora el viejo es joven
y el joven no tiene conciencia.
Los dedos le bailan por su vida
entre barato plástico
y cristal templado...
¿La razón?
Una liberación.
La vuelta a la libertad recordada
sin tiempo ni precio a los segundos,
segundos que te permiten estar en tu mundo.
El retorno aúna las palabras del viento
y el papel para cuentos
y la música se escuchaba
y los cuadros se grababan.
Si el paso ha sido de gigante,
¿por qué este rescate?
Una cárcel.
Un espejo.
Nuestro carcelero,
nuestro reflejo.
Una fuga.
Una vuelta.
Una droga color sepia.
J.M. González