domingo, 9 de noviembre de 2014

IV

¿importo siquiera al mundo cuando yo mismo me abandono?¿Puede ser amado alguien que ya no siente nada? Cuanta inocencia tuve, inocencia que me fue arrebatada y frente a mis ojos destrozada. Cada daga asestada en mi corazón me iba corroyendo hasta dejarme sin amor, sin sentimientos, sin vida ni pasión. De un ser que no paraba de soñar paso a observar. Me siento en mi silla, observando como la gente entra y sale de mi porche. No les invito a pasar pues la casa está vacía. Paso interminables días y duras noches, esperando a cuando la vayan a embargar, deseando ese día poderlo adelantar sin hacer a nadie desesperar. En mi amplia silla hay hueco para muchos más pero no se pueden sentar. 

 Ya no pienso que pueda encajar. No estoy hecho para vivir en esta sociedad. No estoy hecho para vivir solo, ni con los demás.

                                                     J.M.González

1 comentario: