Siento la enfermedad,
negra como el alquitrán.
Avanza en mi mente,
veneno, compañero de muerte.
Se inyecta en mi ojo.
Hace días que no puedo verte.
Las piernas me fallan,
las manos me amagan.
Preso de la manta.
Siento su frío aliento,
un halo de hielo.
Una inyección de penicilina
y yo quien la refina.
Siento... Lo siento.
No es mi cuerpo,
es él, es veneno.
J.M.González