Aquellas primeras pequeñas yemas
que asomaban tímidas a la luz
dando vida al desolado planeta.
Esa copa repleta de lentejuelas
verdes espejos del brillante sol,
bañabas tu reflejo de belleza.
Oh! Ese sinuoso y susurrante silbido
sonsacado por el soplo sobre tu rostro
arrastrando tus sílabas hasta mis oídos.
Comenzaron los piares,
alegres e incansables,
anidabas la vida de tus lares.
¿Qué pasó?
¿Qué cambió?
Diste vida a un monstruo,
niño mimado y caprichoso.
Tus hojas,
sus alcobas.
Tus frutos,
sus productos.
Tu piel,
su papel.
¿Qué es de ti?
La sombra que ví.
Carbón y ceniza,
recuerdo de vida.
J.M.González
Pues si ... Bonito poema :)
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