El viento arrecía mi cara
mientras la arena besa mi piel,
el único recibido con miel
en el hermano del Sahara.
Espejismo de bosque
mi mente acoge
olvidando, recordando
que de un árbol está poblado
Mis pies me llevan
pero mi cabeza los aleja,
mis brazos los sujetan
pero mi cuerpo no los acepta.
Entre ellos los susurros vuelan
y palabras que el viento se lleva
a mis oídos no llegan,
sintiendo este frío glacial
desolado, libre de ánimo e inmenso en miseria.
J.M.González
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