Este poema va dedicado aquellas personas que no me obligaron a aprender, sino que me enseñaron el camino hacía la cultura y el saber dándome la oportunidad de escogerlo o no.
Gracias por mostrar,
por no obligar
y por no abandonar.
Gracias por aguantar,
por animar
y por calificar.
Gracias por levantar
el mundo que os sustentará.
Gracias por haberme hecho
al conocimiento y cultura abierto.
Gracias a ti docente
subestimado libro indigente
en la de tus alumnos mente.
J.M.González
Por la parte que me toca: gracias, pero dártelas a ti por tu honestidad, por tu hombría de bien (este es un término obsoleto, lo sé) y por ese corazón que entiende muuuuchas más cosas que las que la razón dicta.
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