miércoles, 1 de agosto de 2012

La Pared


Hola lectores, saludos de Hermes. Aquí os dejo mi primer micro-relato, "La Pared". ¡Ojalá os guste!




El joven Tom abrió la puerta con su blanca y delgada mano. Detrás de esta había una habitación oscura, fría, y con una anaranjada luz tenue en una de las paredes, húmedas por la cantidad de tuberías rotas que guardaban. Tom, todavía temblando por la fuerte lluvia que acababa de soportar, se acercó lentamente a la pared de la luz. Cuando estuvo a tres metros de la pared, se paró.

No podía creer lo que veía.

La pared estaba completamente llena de fotos de su padre, su madre y su hermana, desparecidos hacía cuatro años. Empezó a fijarse en las fotos, y se dio cuenta de que en algunas de ellas ni siquiera estaban sus cuerpos enteros. En el momento en que vio la robusta pierna de su padre aún sangrante en una de las fotos le sobrevino una fuerte arcada, y se vio obligado a vomitar justo en la parte baja de la pared, manchando algunas fotos de su madre.
Cuando se recuperó volvió a levantar la mirada, y se fijó en que más o menos en el centro de la pared había un hueco donde, en lugar de una foto, estaba su nombre escrito en lo que Tom sospechó aterrorizado que era sangre. Notó otra arcada.
Sin embargó, en ese momento Tom escuchó un fuerte portazo proveniente de la puerta de aquel horrible lugar. Rápidamente, giro la cabeza y vio una figura que se le antojó femenina completamente cubierta por un traje de tela marrón con capucha. La figura se acercó al joven, quien intentaba retroceder, pero su cuerpo estaba totalmente paralizado por el pavor. Este aumentó cuando vio que el movimiento de los pliegues del traje dejó ver a la luz un objeto afilado que la figura sujetaba con la mano izquierda.
Tom al fin retrocedió, pero sirvió de poco, pues pronto chocó contra la pared. Apenas unos instantes después, la figura saltó sobre él blandiendo el arma y fue entonces cuando Tom le vio la cara. “No, no puedes ser tú”. Fue lo último que pensó antes de que notara algo frío que le atravesaba el estómago y retorcía dentro de su cuerpo. Lo último que el chico notó antes de que la vida huyera de su cuerpo fue un flash que lo cegó completamente.

Misión cumplida.



  Hermes

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