viernes, 1 de agosto de 2014

Una ninfa escondida

Entre cuatro paredes
cada vez más estrechas
que respiran esperanza
efímera y maltrecha.

Es como oro irlandés,
¡brillante, brillante oro!
oxidado y asqueroso
solo cuando lo toco.

Deja de palpitar con
 cada daga asestada.
No me dejes ni permitas
que te lleven malvadas.

Encantadoras sirenas
curiosa en principio,
bestia y verdugo
si te hayas en su nido.

Pero está afuera,
entre ellas,
la ninfa dorada
dispuesta a vivir conmigo
una Noche estrellada.

                                              J.M.González

No hay comentarios:

Publicar un comentario