Sin cobijo,
de la nada nacido
se agarra a la seguridad,
solo se suelta
después de haberte exprimido al final.
Como regalo y castigo
te obliga a vivir
incluso cuando lo que quieres
es ser atravesado por un cuchillo
A su alegre posadero
controla a gusto
dándole falsos pensamientos,
atormentándole con malos sentimientos.
Contadas veces,
con mucho esfuerzo
desaparece.
Pero sigue al acecho
esperando la mínima oportunidad
para volver a asaltar.
No creas escuchar campanas
donde no te alcance la vista,
pues este ser malvado
vive dentro de ti y tus hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario