La cola acaricia mi rostro
bajo el cristal del techo blanco.
Un león rugiendo de fondo
en el espigón sobre el suelo azulado.
La nieve que sube y baja
en la lucha eterna
contra los granos de arena.
Un pensamiento,
enormes recuerdos,
de un viaje
que se lleva
la marea y el tiempo.
J.M.González
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