La mochila a la espalda
y una sonrisa en la cara,
con infantil ilusión
comienza el camino de traición.
En bastón de serpiente
se apoya sin ser consciente.
Paso a paso la sombra espera
a la noche caer cuando
al caminante secuestra.
Atado despierta,
inmóvil por fuertes cadenas.
Cuando consigue la llave
entre sus dedos se deshace.
Finalmente se cree culpable
y asume el castigo
sabiendo que es merecido.
J.M.González
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