jueves, 30 de octubre de 2014

Con pies ligeros

Frente por frente,
cara con cara,
ante dos ojos vacíos
tan negros como su capa.

Alza su mano huesuda,
un filo deslumbra
de guadaña termina la tortura
y me guía a la penumbra.

Siento frío
entre acompañantes
tendido es el camino,
junto a ausentes iguales.

Oscuro el horizonte
y desconocido el destino
sin recuerdos
pues mirar atrás está prohibido.

Para algunos la salvación,
para otros un adiós,
para mí, de mi frustración
la continuación.

                      J.M.González

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